Los límites de la tolerancia

lunes, junio 01, 2009

Yo no soy palestino.

Yo no soy palestino. Yo no creo en la supremacía de los que hablan mi lengua. Todo otro que no piense como yo también es mi hermano y merece mi ayuda, si la necesita. A mis vecinos les doy lo que me piden, pues puede que algún día yo necesite eso de ellos. Mi dios, cuando lo tenga, no vale más que el de los demás, y mis opciones no son mejores que las de los demás, aunque me gustan más.

Yo no quiero que nadie muera porque a mí me conviene. Yo no muerdo la mano que me puede dar de comer, no agredo a mi vecino que me puede. Yo no confío en mis primos, que a la hora de la verdad me dan sólo palmaditas en la espalda porque ya les han pegado por culpa mía. Yo no voto a un partido que odia a los vecinos, no pongo en el gobierno a un terrorista, no exijo que me den lo que es de todos sólo porque yo lo vi primero, porque yo llegué primero, cuando el anterior ocupante había sido expulsado por un extranjero. Yo quiero a mis primos. Yo no quiero mal para nadie. Yo quiero vivir sin problemas. No hay dios que merezca que yo mate a mi vecino. Es mía sólo la tierra que yo he comprado. Yo creo en la paz, en la concordia, en el pacto y en la convivencia.

La tolerancia me hace decir alto y claro que yo no soy palestino.

El Cairo, a cinco de enero de 2009 (09:10)

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